El Prefijo
Afortunadamente no vivo en Hollywood ni abundan en el edificio los Stein ni los Rosenthal. Tampoco se consiguen productos kosher a la vuelta de la esquina, el sector no tiene mezquita, ni los negocios cierran apenas llegar el sábado.
Y es cierto que para los colombianos, los judios siguen siendo un mito, fantasmas que manejan grandes corporaciones y meten la mano en todas las economías mundiales. Alguno podrá reconocerlos a partir de personajes que aparecen en las películas extrangeras, de gorro y cachumbos con cara de conjución, pero generalemente pasan inadvertidos; el contacto con un anciano agalludo puede venir de cualquier paisa con cualidades de negociante (cualquier paisa), y el hebreo sigue siendo una lengua bien muerta (excepto en La Candelaria). Lo máximo habrá sido comprar en el 2do piso del Carulla de la 85, algún conocido casado en tierras lejanas con un(a) judio(a), una edición de la Kabbalah en el rincón de la biblioteca o la copia pirata de la Lista de Shindler que ha rotado por la casa de todo el mundo.
Afortunandamente para mi, no soy una aspirante a actriz en la meca de la industria del cine, ni trabajo en una productora de Los Angeles, ni vivo en Salit o Barta´a y así puedo decir sin temor a represalias (inmediatas) que soy total y absolutamente anti-sionista, y gritar a los 4 vientos que estan locos, que son unos sinvergüenzas y, como dijo Mel Gibson, tienen al mundo hecho un infierno, mientras proclaman brabatas sin dar la cara, allá comiendo en el McDonalds de Jerusalén, felices de explotar a los demás y cobrándose una "deuda" de hace más de medio siglo (pero como son judios pueden exigir los interese que quieran!), por las "preciosas" vidas (porque ahora nos cuestan oro) de aproximadamente 6 millones de judios, cuando las muertes rusas fueron más del doble, y nadie reclama por ellas.
En realidad Hitler nos hizo un daño al darle motivos a estos cretinos de cobrarse el daño, en cómodas cuotas de tierra y libertad, y cuando les diera la gana, y ahora pagamos todos porque si alguien no está de acuerdo se le tacha de nazi y es perseguido hasta que se retracte o se corre el riesgo de que se "transforme" en terrorista.
Si, soy anti-sionista, no anti-semita, porque estoy consciente de que que habrá alguno que no esté de acuerdo con esa Mi$&/da de tomarse lo del "pueblo elegido" en serio; si bien quisiera ver alguna página pidiendo excusas por los abusos, como la de los gringos pidiendo perdón por no haber podido derrotar a Bush en las pasadas elecciones (www.sorryeverybody.com). Pero aunque lo sea, el proclamarlo no me hace una asesina, ni la sucesora de Hitler, sino alguien que está en contra o en franca oposición, como lo dice el prefijo, con la idea de "un pueblo, un Estado" a costa de todo: de las vidas de los vecinos, de la economía del continente, de la libertad de expresión del mundo entero.
Me hubiera gustado que Mel Gibson tuviera calzones y no se hubiera retractado, pero tal vez no soportaríamos un segunda crucifixión. Sin embargo, las consecuencia de esta circunstancia y de la indignación por el asalto al Libano, han resultado en protestas, comentarios y marchas de iniciativa y participación colombiana, de las que me enorgullezco y estoy segura, limitan a esos delicuentes a seguir con la sábana encima.
