Un cuarto de lora

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Friday, May 19, 2006

Back to the point

Pues a petición del público, vuelvo a hacer aparición, aunque todavía esos desgraciados de la ETB han sido incapaces de reconectar el teléfono, y por supuesto, sigo sin internet.
La buena nueva por estos días es que al fín el Estado, en cabeza del congreso, se puso los calzones y contradiciendo a la Santisima Madre Iglesia, aprobó el aborto para tres casos especiales: violación, deformación del muchachito y riesgo en la vida de la madre.
Por supuesto las vestiduras sacedotales volaron por los aires víctimas de una indignación incontenible, que bajo el grito de "Blasfemia", "Excomunión" e "Infierno" precedieron miles de misas, rosarios, novenas, sermones, procesiones etc.
Los curas amenzaron, los obispos renegaron y las monjas se persignaron, mientras los movimientos feministas agradecían sin brassier la aprobación que ahora es ley con ejecución inmediata.
Justo y necesario. Por qué como pueden pretender las cabezas de la Iglesia católica pensar que después de quedar establecida la Constitución de 1991, que separa sus poderes de los del Estado, todavía crea tener potestad sobre la vida de los 41 millones y pico de colombianos? algunos de los cuales ni siquiera profesan esa religión.
Por qué se creen ellos con el derecho de escoger entre la vida de una madre y la de su hijo, o condenar a un madre o un hijo a vivir inhumanamente cargando con una enfermedad o una humillación, como es una violación, por lo que les quede de existencia?
No apoyan la planificación familiar, ni las pocas medidas para prevenir muertes y sufrimiento, negándose la realidad y el tiempo en el que estamos.
Pero cuando salieron a flote las cientos de denuncias por abusos cometidos a manos de sacerdotes ordenados, nadie dijo nada, ni ellos se pronunciaron, ni tomaron medidas ejemplares. Sólo un silencio hipócrita que se limita a una condena infernal en la cual la víctima hallará compensación.
La iglesia en estos días tiene poco que ofrecer a millones de vidas que a diferencia de ella dejaron de vivir en el medioevo, y que ya no encuentran consuelo ni consejo por ni siquiera se encargan de ver las problemáticas actuales como algo natural, sino como amenazas de una época pérfida y nociva.
Me alegra por las opciones ahora otorgadas a las mujeres, pero más por la destronización de un poder que se niega a avanzar, pero que cree estar en capacidad de elegir por la mayoría, pese a las grandes deficiencias morales y conceptuales que presenta en todos sus niveles.