Un cuarto de lora

Bienvenido el incorforme, el irritado, el confundido, el controvertido. Un sitio para el montón de ladrillos. Filial de AQC: Asociación Quejosa de Colombia...y quéjate con confianza.

Tuesday, October 25, 2005

De los taxistas y sus carros color pudín

A los caballeros de las zebra los tiene en extinción una zarta de melenudos, emperifollados con cualquier chapa. Unas criaturas que a todas luces parecieran ser humanas, y que tienen como guarida y punto de encuentro neurálgico, la esquina de la casa de mis papás (49 con 7).
Acloplados como están al entorno, han tenido tanto éxito en su conquista de espacio y clientela, merced a los comedidos pero perezosos visitantes del Hospital Militar (quienes pagan la módica suma de $500 y así los trepan a la empinada loma sin más esfuerzo), que rápidamente optaron por ocupar las zonas aledañas, pareciendo esto un terminal de transportes, más que un tramo de una vía arteria.
No sé si en realidad me molesta más, el empeño de los tipos estos en rellenar sus carraspandas engalladas, con flojos ciudadanos, para quienes subir tres cuadras, es un literal viacrucis, y, por lo tanto, las eternas horas de parqueo que emplean en esperar que "el cupo esté completo", y por consiguiente el trancón agudizado por los buses de varias universidades de "garaje" (lo que es contradictorio porque si fuera cierto, tendrían donde aparcar sus pullman), a los que dedicaré otro escrito; O si serán entonces los modales de los que esta tribu hace alarde cada vez que uno se toma la molestia de recordarles que ESTORBAN!!, que esto es un barrio residencial, con callecitas chiquitas y sin zonas amarillas, que ya hay suficiente vallenato rezongando en metros de espacio limitado, gracias a tanto bar-barato, y que no es necesario estar montado en el carro para tener una charla amena con otros 5 colegas; que las esquinas y los postes no son miaderos, que los carros particulares también tienen derecho a usar la calle y que la gente inmersa en sus pensamientos no quiere que la interrumpan para preguntarle si va para el hospital militar. No quienes tenemos quién nos suba...

Monday, October 24, 2005

La Bienvenida

Mi mamá suele contar, ojalá en reuniones multitudinarias, que yo era la niña mas berrinchuda que ha conocido, y que no pasaba noche sin desvelarse por mis prolongadas y escandalosas protestas. Yo creo en cambio, que no es que se tratara de los aspavientos de una niña mimada, sino de las manifestaciones de un ser inconforme y propenso a la reacción. Por lo tanto, y en lugar de optar por la revolución, que es más grato y productivo, actualmente, embarcarse en intercambios virtuales que intentar agapes por los medios tradicionales, convoco a todo aquel que quiera unirse a esta futura colección de imprecaciones, (que por más de irreverente, no dejará de ser amena y a veces profunda), para quejarse, acusar, profanar y refutar sobre todo aquello que pique, incomode y arda, sin que se exista el riesgo de contravenciones o reprimendas.